findelaeternidad

Miedo de cerrar los ojos y después caer oscuridad adentro; miedo de tu boca inexistente, impensable; miedo a la noche que en mi cuerpo duerme; miedo a que despierte y miedo también a que siga dormida; miedo a la tristeza que me abraza en hormigueos persistentes, apenas perceptibles; miedo al territorio que carcome la esperanza; miedo a los mareos, a las nauseas, al silencio y miedo a la sonrisa que, bulìmica, no alcanza a devorar el desgano de mi vista; miedo al laberinto que te crece bajo el vientre y que no puedo resolver; miedo de temer; miedo que camina con muletas oxidadas; miedo desmemoria que expropió todo vestigio de tu cuerpo que se escapa; miedo a la simiente que me arranca mil orgasmos solitarios para nunca germinar; miedo a los espejos que arremedan, socarrones, los derrumbos de mi piel; miedo al desencanto que disloca la esperanza; miedo a tener miedo a ser valiente a ser cobarde; miedo de jornada laboral y también de horas extras; miedo de tu nombre, a pronunciarlo mientras se agrietan mis labios; miedo a no parar de escribir miedos y miedo sobre todo a ahogar la pluma para luego detenerme…

25/Marzo/07